lunes, 26 de julio de 2010

EL ORIGEN

¿Por qué razones consideramos grandiosa a una película? ¿Será por su dirección? ¿Por las actuaciones? ¿Por sus efectos especiales? ¿Por su guión? ¿Su publicidad? ¿Será acaso por cuanto dinero recaude?


¿El Origen (Inception) es de las mejores películas de todos los tiempos? Para mí la respuesta es: SI.

Tal vez no en el lugar que IMDB la ha puesto pero si en un lugar muy alto, incluso me atrevo a decir que llega a un Top 5.

Pero volvamos a la pregunta inicial, ¿por qué una película es considerada la mejor? Claro, toda calificación es subjetiva o como dicen por ahí, en gustos se rompen géneros.


Christopher Nolan (Following, Memento, Insomnia, The Prestige, Batman Begins, The Dark Knight) nos entrega ahora una película que en la opinión de este servidor cumple con todos los puntos antes expuestos.

Estoy casi seguro que “Inception” no va ha ser comprendida por todos por el esfuerzo que involucra para comprender la trama. Algo raro en estos momentos donde la tendencia es el mayor número de explosiones por minuto y el 3D que más que producir sensaciones, lo único que provoca es dolor de cabeza y unos ojos rojos dignos de consumir hierbas de poder. El personaje principal le realiza una prueba a un futuro miembro de su equipo, esta prueba consiste en crear un laberinto que le lleve tiempo descifrar y esto es exactamente lo que Nolan hace con nosotros. Nos hace la misma prueba con su guión-laberinto.


Christopher Nolan tardó diez años para lograr llevar a cabo este filme que comprende la capacidad de las personas para introducirse al mundo de los sueños. No hay explicaciones tecnológicas de como funciona tal hazaña, lo que existe es un guión construido como un laberinto donde el objetivo de Cobb es más valioso que el dinero, pero los caminos para lograrlo son tan complejos como los sueños de donde el trata de obtener información.


No temas soñar en grande”, le dice un personaje a otro y ése parece ser la idea central de El Origen” y de la obra de Nolan en general. Una película a prueba de “spoilers”, si les dijera como termina, eso no les diría nada a menos que supieran como la película llega hasta ahí. La película es sobre todo el proceso, de luchar a través de nuestra manera de envolvernos en la realidad y el sueño, la realidad en los sueños y los sueños sin realidad.


Cobb (Leonardo DiCaprio) es un pirata corporativo de primera clase. Él se infiltra, a través de los sueños, en la mente de otros hombres para robar sus ideas. Ahora es contratado por un multimillonario para hacer lo contrario: Para introducir una idea en la mente de un rival (Robert Fisher Jr., protagonizado por Cillian Murphy) y hacerlo tan bien que él crea que es suya. Esto nunca se ha hecho antes; nuestras mentes están tan alerta a las ideas extrañas tal como nuestro sistema inmune lo es a los virus. El hombre rico, llamado Saito (Ken Watanabe), le hace una oferta que no podrá rechazar, una oferta que pondría fin a un exilio forzado, lo que permitiría a Cobb volver a su hogar y volver a ver a sus hijos.

Cobb reúne a un grupo especializado de individuos que consiste en: Ariadne (Ellen Page), la pequeña arquitecta que se encarga de construir el diseño visual y a la que le explica Cobb (y a nosotros también) la ciencia de la manipulación de los sueños; Arthur (Joseph Gordon-Levitt), quien viene siendo el asistente y el protagonista de la mejor escena de acción vista en años ; Eames (Tom Hardy), capaz de alterar su aspecto y Yusuf (Dileep Rao), quien es especialista en químicos. A este equipo se agrega Saito para verificar que el trabajo sea realizado.


En la primera hora de duración se establecen las reglas del juego con el uso de efectos visuales capaces de mantener la boca abierta, todo en función de la trama que lo demanda y no como simple relleno. Puede ser excesivo el tiempo que pasamos con Cobb tratando de explicar a Ariadne los por menores del asunto, con todo y los secretos profundos que guarda él mismo en su mente, el reclutamiento del equipo y el procedimiento de la misión; pero la recompensa se obtiene cuando el proyecto se lleva en marcha y ya no hay tiempo de explicaciones.


Nolan en su guión juega mucho con conceptos visuales del subconsciente, es una especie de escenificación del proceso del sueño en donde puedes ser participe en la creación de un mundo limitado por tu propia capacidad. El tiempo que debió de haber pasado en pulir esta obra merece reconocimiento. El tipo pensó en todo, hasta más de lo que debió.


Los efectos visuales sobrepasan los límites de lo fantasioso porque son reflejo de ideas construidas sobre la realidad. El acto donde Cobb y Ariadne caminan sobre una gran ciudad construida de la nada, es un placer admirar. No me puedo olvidar de de la dirección de Nolan, que sigue el estilo de “The Dark Night” con grandes tomas majestuosas filmadas en locación, siempre con suficiente luz para no perder detalles, en verdad que no existen trucos ni dinero que escatimar en esta producción, los 200 millones de dólares se ven reflejados en pantalla. Durante la película no acababa de sorprenderme, escena tras escena me maravillaba por la creatividad en las imágenes imposibles de concebir y un claro ejemplo es en la batalla de Arthur en cero gravedad que pasará a la historia como una de las mejores que he visto en mi vida, en una de las tantas secuencias que existen para satisfacer a los amantes de la acción.


Las poco mas de 2 horas de El Origen” nos llevan a sus múltiples capas narrativas (un sueño dentro de un sueño dentro de un sueño) por terrenos de la ciencia ficción, del thriller corporativo, de esas misiones imposibles propias del cine de acción, de un melodrama sobre la culpa y el perdón, y de una épica romántica (y familiar) con DiCaprio y la francesa Marion Cotillard protagonizando un amor trágico e imposible.


Hace mucho tiempo que no me sentía tan satisfecho y con la necesidad de ver de nuevo una película por la lista de dudas que genera. Dense la oportunidad de ser guiados de la mano de Christopher Nolan porque este es una aventura que no olvidarán.